Después de tanto tiempo de escuchar historias, regodear personajes al olvido, esbozar respuestas, estructurar relatos, deshacer lo escrito, intentarlo nuevamente.
Después unos cuantos tintos, unos pocos vinos y uno que otro atardecer de nubes verdes; parece que cuaja esa historia prometida.
Ojalá no sea otra falsa alarma, ojalá que esta vez no termine en el tacho de la basura luego de los esfuerzos vespertinos y esos minutos robados a las demás ocupaciones.
Pero, si sucede, será normal volver a intentarlo de nuevo, nada hay de extraño en repasar las letras y argumentar otra esperanza; ahí estaremos hasta que tome forma esa historia que nos dio por llamar Un Tal Galeras.
Después unos cuantos tintos, unos pocos vinos y uno que otro atardecer de nubes verdes; parece que cuaja esa historia prometida.
Ojalá no sea otra falsa alarma, ojalá que esta vez no termine en el tacho de la basura luego de los esfuerzos vespertinos y esos minutos robados a las demás ocupaciones.
Pero, si sucede, será normal volver a intentarlo de nuevo, nada hay de extraño en repasar las letras y argumentar otra esperanza; ahí estaremos hasta que tome forma esa historia que nos dio por llamar Un Tal Galeras.
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