jueves, 5 de noviembre de 2009

¿VIEJOS?, NO, DE LA TERCERA EDAD

Aún recuerdo la sonora corrección de don Hugito Luna, No Juanito, no somos viejos, somos un grupo de la tercera edad... cuando lo llamé para citarlo a tomar un café y acordar la realización de un Casting con el grupo. Tenía razón, no eran viejos, ni lo son ahora, 15 años después, la fortaleza de sus convicciones y el empuje con el que asumieron su participación en la película, no dejaban duda: la juventud rebosaba en sus cuerpos y en sus mentes.


Don Hugo Luna ya no nos acompaña, se fue un día lluvioso de esa Ipiales que lo vio crecer como líder comunitario del Barrio San Vicente, mientras su voz, ronca, se desgranaba en risa y canto, en palabras de amistad... Paz en su tumba don Hugito, lo seguiremos en el recuerdo eterno de su protagónico en Paisajera y en Iles, o la Semblanza de Nuestra Señora de la Luz.


A Doña Luz Maria más de una noche nos la "robamos" de su casa y la "devolvimos" cuando ya alumbraba un neuvo día; callada y metódica en el actuar, nos mostró el carácter de la mujer ipialeña; por su instinto maternal, que la impulsaba a mantenernos arropados en el frío de la noche, siempre nos dejó entrever que la calma regresaría una vez terminado el rodaje, interminable, para reencontrarnos con la necesidad de seguir contando historias.

Doña Irma, su risa franca más de una vez nos hizo entender que la vida es más goce; contrario su habitual carácter del de su personaje, con suavidad y, alguna vez, con cierta rebeldía, se dejaba ir en la firmeza de Carmela al tres, dos, uno del director.


Don Marciano, con su guitarra y su canto, Don Matías en ese tenderete que le inventamos en la invasión y tantos otros cuyos nombres no recuerdo, más si su impulso y fortaleza, nos mostraron la otra cara de la vida, la que desde nuestra juventud, la de aquellos días claro, nos negábamos a asumir.


Desde la distancia vemos con nostalgia y agradecimiento sus caras sonrientes al asumir el casting, una prueba más en su vida, me dijo Doña Luz Maria, luego complementaría al finalizar el rodaje, una experiencia que le cambió la vida.

A mi también doña luz, a mi también me cambió la vida, lo recuerdo ahora que me acerco peligrosamente a la tercera edad...

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