VERDE ERA MI VALLE

Puesto en la tarea de releer cierto material que conservó sobre teoría audiovisual; luego de la satisfacción y la añoranza vinieron las dudas y la obligación de profundizar en algunos conceptos, así es que me dio por buscar en Internet información adicional sobre lo leído y, que cosa... no solo encontré textos, artículos, noticias, sino también videos de muchos de los autores favoritos que en mis tiempos universitarios tan solo podíamos ver en el oscuro de una clase de historia del cine con José Hernán Aguilar o del arte con el Profesor Rubiano. Una que otra vez visitamos las profundidades del videoarte guiados por Guilles Charalambos y claro, todavía nos queda el grato recuerdo de las clases de Gilberto Bello y Jorge Mutiz en las que discurría la literatura y el cine y la política y tantas otras cosas. Los talleres de creación semestral, esos, bueno, eran un cuento bacano... Ana María Toro, Fernando Vélez, Carlos Barriga, Juan Diego Mejía, Carlos Álvarez y tantos otros que castigó el recuerdo, nos traen al compromiso del presente y a la constante necesidad de crear, nacida por esos días.

Buenos tiempos aquellos, tanto como los presentes.

Julio Cesar Goyes, amigo de esos días, me invitó en alguna oportunidad a leer un artículo suyo publicado en Extrabismos; la verdad que en aquella oportunidad entré para cumplir con un grato compromiso y salí por la misma puerta, casi sin mirar al lado, pero con la convicción del regreso. Volví, leí y me encanté, que bueno fue encontrar artículos de crítica cinematográfica, videos, obras y muchas cosas más que recomiendo.

Visiten www.extravismos.com , no se arrepentirán.

En medio del agite de estos días he visto y escuchado varias entrevistas de personas que participan del Diplomado de Cine de la Universidad de Nariño, rico por ellos, no estaría de más que vieran la entrevista a Greenaway publicada en la revista.

ERRAR ES DE HUMANOS

"Ningún hombre es en sí equiparable a una Isla; todo hombre es un pedazo del Continente, una parte de Tierra Firme; si el Mar llevara lejos un Terrón, Europa perdería como si fuera un Promontorio… como si se llevaran una Casa Solariega de tus amigos o la tuya propia. La Muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la Humanidad. Por eso no quieras saber nunca por quién doblan las campanas; ¡están doblando por ti…!"

Así reza el epígrafe escrito por Jhon Donne y citado en una de las novelas de Ernest Hemingway, "Por Quien Doblan las Campanas", el mismo del inmortal "El Hombre y el Mar", escrita en 1952, cuando Hemingway vivía en Cuba, en un lugar llamado Finca Vigía.

Lo cito por la amable propuesta de cineztecia en facebook, quien preguntaba por la identidad de los ganadores luego de los atentados del 9-11, lo cito por el dolor que nos embarga ante la impotencia de nuestros hermanos secuestrados, lo cito por los muertos de esta guerra inútil, por la esperanza asesinada, por los sueños marchitos que languidecen en la sombra.

Lo cito reclamando ese poquito de humanidad que nos subyace.

DE CIERTAS LINEAS

Y si, es fácil seguir la línea... mucho más si " ... para nunca equivocarnos ni errar", vamos con la mirada baja y las anteojeras puestas, atentos para que el guijarro, el hueco, no venza nuestro pie; como en la canción de Silvio en esos años inmemorables del auge de la nueva traba.


Ojo, que la euforia no nos ciegue, que la vida no nos prevenga de reflexionar; el nuevo audiovisual nariñense, digo nuevo porque así dejo sentada la existencia de un movimiento previo, no puede ser discurso solamente, hay que llegar a la acción con humildad y allí... no queda otro camino, perseverar.


No olvidemos el horizonte.

SE TIENE O NO SE TIENE

En alguna de esas recetas americanas, que se publican en razón de todo, o de nada, Tom Wolfe dejaba en claro "Lo que hay que tener", para ejercer alguno de aquellos oficios propios de sociedades consumistas y "competitivas".

¿Que es lo que hay que tener para enfrentar con coraje la realización de un buen proyecto cinematografico u, porque no, programa de televisión?, además de las vísceras, alguien sería un tanto más directo pero... sé que entendieron; el dominio de la técnica propia del audiovisual, claro.

Una buena dosis de reflexión no estaría demás, después de todo, acostumbrados a hacer: marchas, pintadas, genuflexiones, videos... no sobra el saber su porque y su para adonde.

Hacer por hacer, invocar espíritus enfurecidos, quitar piso a opciones reales por el solo ejercicio de hacer el ejercicio, no es la mejor opción.

CABLE A TIERRA

Las palabras dichas nos persiguen, guardamos su eco en la esperanza de compartirlas nuevamente. Hace unos días hablábamos con un grupo de amigos del momento que atraviesa del audiovisual nariñense, ¿puede llamársele el momento del cine nariñense?, humildemente creo que aún no. En esta charla mi interlocutor enfatizaba sobre la imperiosidad del contar como sustento de la acción creadora, en lo estorbosa que puede llegar a ser la teoría y la discusión sobre formatos cuando de concretar esa necesidad vital se trataba. Mi posición, pasguata, entre tanto enfatizaba en la necesidad de conocer la técnica, explorarla, apropiarla.

Y, claro, contar prima, la historia es la base, el pretexto para evitar la página en blanco, para espantar los fantasmas que nos habitan y adentrarnos en honduras que, en ocasiones, apenas sospechamos, después de todo, que técnica se puede aplicar a una historia inexistente, pero… ¿Que historia llega a buen termino si no sabemos contarla?, en esta tierra de chistes, ¿Cuántas veces hemos acallado la risa ante un cuento pastuso mal contado?, muchas, no lo dudo. Y es que, como en la canción de Piero, sacar lo que se tiene adentro, no es suficiente para contar o, al menos, contar bien, quizá el ejercicio del buen contar radique en el siguiente paso, el quitar la basurita que se ha metido por cuenta y gracia de percepciones erradas, decantar lo dicho, estructurarlo, hacerlo ajeno, propio.

Luego de la euforia de las 65 producciones nariñenses llegadas hasta el festival de Cine de Pasto, antes fueron 56 en el 3D, luego de que fundáramos patria con estados del arte ilusorios y mentirosos, nos queda la necesidad de la reflexión, y propongo este espacio para dinamizarla, para compartir miradas, para sostener encuentros.

En la siguiente entrega: Diplomado de Cine de la Universidad de Nariño.

ERASE UNA VEZ

Después de tanto tiempo de escuchar historias, regodear personajes al olvido, esbozar respuestas, estructurar relatos, deshacer lo escrito, intentarlo nuevamente.

Después unos cuantos tintos, unos pocos vinos y uno que otro atardecer de nubes verdes; parece que cuaja esa historia prometida.

Ojalá no sea otra falsa alarma, ojalá que esta vez no termine en el tacho de la basura luego de los esfuerzos vespertinos y esos minutos robados a las demás ocupaciones.

Pero, si sucede, será normal volver a intentarlo de nuevo, nada hay de extraño en repasar las letras y argumentar otra esperanza; ahí estaremos hasta que tome forma esa historia que nos dio por llamar Un Tal Galeras.